La bellísima mujer de la fotografía es mi yaya a sus 31 años, se llamaba Cari.

Mi yaya era una mujer alegre, optimista, adaptada a los tiempos: moderna de pensamiento, cariñosa, sincera y sobretodo era una mujer VIAJERA pero lo fué de alma y de sangre, porque nunca viajó.

Las circunstancias de su vida, la época en la que nació, pasando una guerra y la postguerra, una vida precária con dificultades económicas, casarse, tener hijos, y el «hacer lo que tocaba» le impidieron cumplir jamás su sueño de viajar.

La frase que más recuerdo de mi abuela y que más me marcó fue está:

Me propuse que a mi eso no me pasaría. Nunca en mi vida he tenido un duro porque me lo he gastado en viajes.

A veces pienso que por mi optimismo he tenido suerte, que tengo ⭐️otras veces creo que es mi yaya que me protege y que viaja conmigo ❤️ ️ y éste es mi homenaje público para ella, porque yo soy como soy en gran parte por ella.

Mi proyecto va por mi, por ella y por todas esas mujeres que quieren viajar y no desean hacerlo solas.